lunes, 27 de agosto de 2012

En resistencia : Lo (poco) que va de la imposición de Peña Nieto a la imposición de las reformas neoliberales


La Jornada en línea del 26 de Agosto de 2012

Armando Bartra

1. Así como el chamaco que ya no cree en Santaclós le sigue enviando cartas para que las lean sus padres, así la izquierda que ya no cree en el Trife le sigue enviando pruebas del cochinero, para que los ciudadanos se enteren de lo que ha sucedido. Porque después de tres fraudes nomás faltaba que siguiéramos creyendo en Santaclós, pero mucha gente no sabe lo que en verdad ocurrió, y hay que seguir proclamándolo, más que de cara a la autoridad electoral, de cara a la nación.

Ya sabemos lo que va a resolver un Trife cuyo presidente adelantó su fallo diciendo que nadie ganará en el tribunal lo que perdió en las urnas. Pero seguimos con nuestros reclamos. En beneficio de la credibilidad, no se vale anticiparse: no podemos dar por cancelado el alegato legal manifestando nuestra inconformidad antes de que el Trife de su veredicto, pero menos aun se vale adelantarse al fallo anunciando que lo aceptaremos, sea el que sea.

Así, de la especie de Consenso de Acapulco, promovido por la izquierda institucional, lo menos que se puede decir es que fue anticipado. Que los picudos del PRI y el PAN se reúnan a planear su trabajo bajo la administración de Peña Nieto es natural, pues para ellos este arroz ya se coció, pero que lo haga la izquierda cuando el Frente Progresista está pidiendo la anulación de los comicios, y sin que ese sea el tema único del encuentro, equivale a bajarse de un barco que –torpedeado y todo– sigue navegando, sólo porque en el fondo quieren que se hunda. En estas condiciones nadie debe extrañarse de que no haya asistido el timonel.

2. La desvergonzada compra, coacción e inducción del voto en que incurrió el PRI; fraude realizado impunemente gracias a la complicidad de las instituciones electorales y a que cuenta con la anuencia del gobierno federal y del PAN, pero también la de todos los que reconocieron –o reconocerán– el tramposo triunfo de Peña Nieto, es una señal. Un mensaje de la oligarquía y sus personeros, en el sentido de que mientras sean dueños del gran capital, manejen los medios masivos de comunicación, dispongan de los recursos fiscales y otros dineros, tengan encorraladas a las clientelas corporativas y controlen las instituciones comiciales, ellos seguirán gobernando y la izquierda no accederá a la Presidencia de la República por la vía electoral.

El descrédito de la democracia y la renovada ilegitimidad de los gobiernos ilegítimos resultantes de esta decisión son costos que el poder económico y sus cada vez más cínicos personeros están dispuestos a pagar, con tal de conservar el poder político. De lo reiterado de los fraudes (1988, 2006 y 2012) se concluye que no estamos ante ocasionales violaciones a la legalidad sino ante un defraudador serial: un sistema estructuralmente perverso donde el monopolio del poder se reproduce a si mismo al margen de la voluntad libre de los ciudadanos.

3. El mensaje político de los poderes fácticos es claro: la izquierda debe dar por cerrada la vía electoral. Pero pienso que ni la izquierda ni los ciudadanos progresistas aceptaremos el ultimátum. En bien del país seguiremos trabajando para cambiar el régimen por la vía democrática. Lo que no podemos es repetir el numerito y concentrarnos desde ahora en preparar el dispositivo comicial de las próximas elecciones presidenciales.

Ha quedado claro que en México no se ganan elecciones sólo preparándose para las elecciones, es necesario también construir un poder social: crear una correlación de fuerzas que impida el fraude. Porque el problema no son vicios comiciales que pudiéramos contrarrestar mediante otra reforma política y una mejor preparación de nuestro ejército comicial, lo que padecemos es una imposición sistémica, y como tal hay que enfrentarla. No basta con vigilar celosamente las elecciones, es necesario cercar socialmente al sistema para evitar que siga imponiendo a sus representantes.

Este cerco empieza por demandar la anulación de los comicios, como lo vienen haciendo AMLO, Morena y el Frente Progresista, pero también por el rechazo a un autoritarismo sistémico histórico que no se agota en el más reciente fraude electoral. Y en esto, el obradorismo no esta sólo. Desde mayo se desató un impetuoso movimiento contra la imposición del candidato de la derecha, en que participan actores curtidos en la resistencia como el FPDT, el SME y la CNTE, y movimientos estudiantiles emergentes como #YoSoy132.

4. Pero la imposición no es el único mensaje amenazante. Además del comunicado político autoritario, hay un claro mensaje económico neoliberal: la derecha ha anunciado también su decisión de seguir sacrificando al país en aras de la oligarquía y las corporaciones internacionales. Y para esto son necesarias las llamadas "reformas estructurales" faltantes, que tienen que ver con un cambio aun más regresivo en el régimen fiscal, de modo que los pobres paguen más y los ricos poco o nada; una nueva ley federal del trabajo que legitime el outsourcing y cancele derechos laborales históricos; cambios en el marco constitucional que permitan seguir extranjerizando nuestro sistema energético; mudanzas legales por las que se acabe de privatizar la seguridad social, los institutos públicos de salud y el sistema educativo.

Dado que en el Legislativo el PRI es la primera minoría en las dos cámaras y que, en lo tocante al modelo neoliberal, el PAN coincide en todo con el PRI, es de esperar que en cuanto entre en funciones la nueva legislatura, el tricolor tratará de cumplir sus compromisos con el gran dinero que lo patrocina, impulsando en las cámaras las reformas estructurales, aun antes de que el nuevo gobierno tome posesión. Así las cosas, es previsible que en lo que resta del año, el insoslayable rechazo a la imposición en curso se combinará con el también necesario rechazo a la imposición de las reformas económicas faltantes.

5. Hay, finalmente, un mensaje aun más amenazante: el de que, conculcado el derecho básico a unas elecciones equitativas, el resto de las libertades ciudadanas están en entredicho. En los tiempos del PRI, los gobiernos eran todo lo represivos que hacía falta, pero el diálogo con los actores sociales era un socorrido instrumento de gobernabilidad. Fox empezó su administración en la misma tesitura, pero desde que quiso bloquear el camino de López Obrador a la presidencia de la República, el autismo político se instaló en Los Pinos y, salvo excepción, a los movimientos sociales no se les ve ni se les oye. Y del ninguneo a la represión abierta solo hay un paso que, sin duda, el PRI es capaz de dar.

6. El 21 de agosto, Emilio Gamboa, futuro coordinador de la bancada del PRI en el Senado, anunció que en el primer período de sesiones, que empieza en septiembre, se proponen discutir, entre otras iniciativas, tres "reformas estructurales pendientes": la energética, la hacendaria y la laboral. Es decir: piensan empujar los cambios del marco legal más lesivos para los mexicanos, aun antes de que Peña Nieto tome posesión.

Con todo y su gravedad, este anuncio tiene la ventaja de resolverles algunos problemas de definición política a los movimientos antisistémicos hoy activos: el obradorismo, el 132 y a la Convención. Y es que después de estas declaraciones queda claro que la última fase de la resistencia a la imposición de Peña Nieto se va a tener que montar sobre la primera fase de la resistencia a la imposición de las "reformas estructurales". La izquierda tendrá que cambiar de caballo a la mitad del río o, mejor, tendrá que acabar de cruzar el río sobre dos caballos.

Todos sabíamos que la centralidad de lo electoral como asunto movilizador se iría agotando conforme se aproximara el fin del año. Hoy sabemos que antes de que esto suceda ya habrán hecho su reaparición las iniciativas legislativas más retrógradas del grupo en el poder. Lo que significa que las manifestaciones de repudio al previsible fallo del Trife y a la presumible toma de posesión de Peña Nieto, tendrán que entreverarse con las acciones de repudio a los intentos de imponer el IVA a medicinas y alimentos (Ya Beltrones reconoció que sí van por eso, pero excluyendo una canasta básica), de sustentar en la ley la privatización en curso de Pemex, y de dotar de marco jurídico a la ya generalizada práctica del outsourcing, por mencionar algunos de los filos mas cortantes de la reforma hacendaria, la energética y la laboral.

7. De cumplirse las amenazas, el Morena tendrá que recuperar a toda prisa la experiencia de la exitosa lucha obradorista contra la privatización de Pemex; las organizaciones sociales de la Convención habrán de reanudar el viejo combate a las contrarreformas, y el debutante 132 tendrá que transformar en acciones sus recientes planteamientos programáticos antineoliberales.

Y habrán de hacerlo juntos, pues separados no pueden parar las arremetidas de la oligarquía y sus testaferros. Si en la resistencia a la imposición no cuajó del todo el esperado movimiento de movimientos, pues el obradorismo tenía que agotar el cauce institucional, es muy posible que termine de cuajar en el curso de la resistencia a las reformas estructurales. Más nos vale.

jueves, 16 de agosto de 2012

Política energética de México incrementará productividad

Texto y fotografía tomados de El espacio de Felipe de Jesús Cantú

Participa diputado Cantú Rodríguez en Congreso Mundial de Petróleo; único legislador con participación en sesiones ministerialesMiércoles, 7 de diciembre de 2011

Sesiones Ministeriales
Miércoles 7 de diciembre de 2011

El sector petrolero en México después de la Reforma Energética de 2008

I. Introducción

Hace tres años, cuando se estaba celebrando el Décimo Noveno Congreso Mundial del Petróleo, en España, el marco jurídico mexicano en materia de hidrocarburos tenía apenas unos días de haber vivido una de las más grandes e importantes reformas en su historia.

Desde el año de 2004, cuando Petróleos Mexicanos (Pemex) presentó su máximo punto de producción de crudo, ésta comenzó un descenso que se prolongó durante los siguientes cuatro años. Las razones eran varias, pero una de ellas estaba directamente vinculada con las leyes: contábamos con un marco regulatorio que, con más de 70 años de no haberse modificado, impedía a la industria mexicana petrolera aumentar su competitividad internacional.

En el Congreso Mexicano, primero en el Senado y luego en la Cámara de diputados, se discutió y se concluyó que era necesario modificar las leyes para permitir a Pemex una mayor autonomía en su organización y en los procesos de toma de decisiones, tomando en cuenta que es uno de los pilares de nuestra economía. Por ejemplo, había una “ley orgánica” que abarcaba aspectos que no correspondían a la organización de la empresa, como el manejo de la deuda, adquisiciones, obra pública, etc. Esta ley se abrogó y se creó la nueva ley de Petróleos Mexicanos. De igual manera, se definieron las funciones de las instituciones involucradas en la materia.

Luego de la “reforma energética” —como fue llamada en nuestro país—, se establecieron con mayor claridad facultades a la Secretaría de Energía (nuestro Ministerio de Energía), relacionadas con la determinación de la política energética, la coordinación y planeación a largo plazo (en México no contábamos con una visión energética a largo plazo), el fijar la plataforma de producción, así como el establecimiento de la política de reservas. Asimismo, se creó la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), que es el brazo técnico del ministerio de energía que apoya en la administración de los hidrocarburos y regula y supervisa la exploración y producción de Pemex. De esta manera, Pemex se desempeña exclusivamente a ser el operador, con una capacidad mayor en la toma de sus decisiones, reduciendo costos y mejorando su eficacia.

Hoy, la Secretaría de Energía ha elaborado, con la opinión de las comisiones de energía del Senado y la Cámara de Diputados, así como con la participación de representantes de universidades y organizaciones civiles, la Estrategia Nacional de Energía. Ésta es el documento rector de la planeación energética que ordena, en una visión del largo plazo (2024), las acciones de los diferentes actores que participan en él, basadas en tres ejes centrales: 1) seguridad energética, 2) eficiencia económica y productiva y 3) sustentabilidad ambiental.

En otras palabras, es el documento que nos da certeza de saber hacia a dónde se dirige la política energética nacional, lo cual se traduce en estabilidad y mayor eficiencia.

Ahora contamos con nuevas prácticas contractuales, esquemas de pago relacionados al desempeño de los contratistas, que harán posible incrementar la productividad, incorporar nuevas reservas y recuperar otras. Ahora, Pemex puede suscribir contratos de obra, de prestación de servicios, adquisiciones o arrendamientos para sus actividades, respetando lo que nuestra constitución señala: que el Estado conserve la propiedad de los hidrocarburos.

Por lo que el nuevo esquema de contratación consiste en la posibilidad de realizar:
• Contratos incentivados
• Contratación más flexible para actividades productivas sustantivas
• Compensaciones en efectivo a los contratistas que provean beneficios de avances tecnológicos, ejecución expedita o mayor rendimiento
• Infracciones a las compañías por incumplir metas o realizar daños ambientales.

Esta reforma también da pie a que Pemex pueda invertir los ingresos excedentes en infraestructura, lo que no ocurría hace tres años.

Es decir, se proveen oportunidades importantes para fomentar inversiones y facilitar los medios a efecto de hacer de esta industria un aspecto fundamental de nuestro desarrollo.


II. Pemex, hoy día

Petróleos Mexicanos es, hoy día, la 11va empresa petrolera más importante a nivel mundial. Ocupa el 4º sitio en producción de crudo, el 11º en reservas de crudo, 15º en producción de gas y el 13º en capacidad de refinación.

Su producción de crudo se ubica en los 2.553 millones de barriles diarios (mmbd); y de gas en los 6 mil 368 millones de pies cúbicos (MMpcd). En los dos últimos años se ha logrado detener la caída de la producción de petróleo crudo, manteniendo la plataforma en niveles mensuales promedio de 2.551 mmdb.

Al 1 de enero de 2011, las reservas totales (3P) equivalían a 43,055.4 millones de barriles de petróleo crudo equivalente. De ellas, las reservas probadas (1P) equivalen a 10 años, de acuerdo con los niveles de producción actuales.

La tasa de sustitución de reservas probadas pasó de 23 por ciento en 2005 a 86 al cierre de 2010, en este sentido, se ha alcanzando una tasa de reposición de reservas totales de más de 100%, por descubrimientos.

Sin tomar en cuenta Cantarell, el crecimiento en la producción de petróleo en México es mayor que la de otros países productores como Angola, Irak, Arabia Saudita, Venezuela, China, etc.

Para el periodo 2010-2025, de acuerdo con la prospectiva de petróleo crudo de la SENER, se obtendrá en promedio un nivel de producción de aceite de 3,010 miles de barriles diarios (mbd) y 7,166 millones de pies cúbicos diarios (mmpcd) de gas natural.

En un ámbito comercial, las ventas de Pemex representan más del 10% del PIB nacional y contribuye fiscalmente con el 33% de los ingresos del sector público.

Su presupuesto de inversión, desde 2006 al día de hoy, se ha incrementado en un 100% (pasando de 143,600 millones de pesos a 286,338 en 2011).

Igualmente, Pemex invierte en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) más de lo que invierten juntas todas las empresas mexicanas listadas en la Bolsa. No obstante, su nivel de inversión en exploración y producción, se encuentra aún por debajo del promedio de la industria.

En conclusión, la industria petrolera mexicana se encuentra en un estado de recuperación importante. Los cambios a la legislación han tenido efectos positivos en el corto y mediano plazo y se tiene proyectadas mejoras.


III. Contratos incentivados

Como comenté hace un momento, el actual marco jurídico establece nuevos esquemas contractuales:

1. Contratos integrales (buscan incrementar resultados de producción)
2. Contratos transaccionales (bienes y servicios)
3. Laboratorios integrales de campo (soluciones tecnológicas)

A través de los contratos integrales, se busca atraer la participación de diferentes tamaños de empresas petroleras:

• Empresas pequeñas para campos maduros
• De medianas a grandes para Chicontepec
• Empresas grandes para la exploración y producción en aguas profundas.

En función las características de los proyectos, la duración de los contratos podrá ser de los 20 a 30 años, con fases de exploración, desarrollo y producción.

En agosto de este año se otorgaron las primeras licitaciones para campos maduros de la región sur que comprenden seis campos distribuidos en tres bloques: el de Magallanes, Santuario y Carrizo, todos en el estado de Tabasco. Cabe señalar que se puede consultar la información sobre estos primeros contratos en la página de Internet http://contratos.pemex.com .

Para el próximo año, se tiene programado el inicio de los procesos de licitación para:
• los campos maduros de la región norte (7 áreas que contienen 25 campos maduros en 6,836 Km2).
• el Proyecto de Aceite Terciario del Golfo (Chicontepec), en donde se ubican el 56% de las reservas probables y 58% de las reservas posibles
• y aguas profundas (se contempla que la primera producción se obtendrá en 7 años).


IV. Recursos de Shale gas

Los efectos ocasionados por el cambio climático a nivel global nos indican que es el momento de diversificar la matriz energética, sin dejar de asegurar el abasto que las economías de los países requieren.

De los combustibles fósiles, el gas natural es el menos contaminante y en la última década se han descubierto importantes reservas de él en yacimientos no convencionales. La producción de este combustible –shale gas– en Estados Unidos ha provocado una reducción sin precedentes en el precio del gas natural en Norte América. Además, ha pasado a representar del 1% al 30% de la oferta de gas natural en aquel país:

Por las condiciones en las que se extrae, en los EU, la producción de este combustible ha estado a cargo de pequeñas empresas. Incluso, las grandes corporaciones se han visto obligadas a crear sus propias empresas para agilizar su explotación.

Con las estimaciones del shale gas, se estima que los EU poseen recursos de gas natural para los próximos cien años. El incremento en la producción ha provocado la disminución de los costos, por lo que el gas natural se convierte en un combustible barato y poco contaminante, que pudiera fungir como un tipo de “puente” a la transición hacia las energías renovables, aunque también es cierto que hay que considerar los costos de producción y el impacto ambiental que esta industria pueda tener.

De acuerdo con datos de la Agencia internacional de Energía, se estima que México cuenta con un potencial de reservas de 681 billones de pies cúbicos (ocupa el 4° lugar en recursos potenciales de shale gas) en tanto que Pemex estima recursos entre 150 y 450 billones de pies cúbicos. Por lo que se debe actuar en 2 sentidos:
 1) Reducir las cargas impositivas a las cuales está obligada Pemex. Por los costos iniciales, el régimen actual no permitiría la explotación de estos recursos.
 2) Analizar la opción de permitir, a través de mecanismos como contratos incentivados, la participación de la iniciativa privada en la explotación, procurando siempre un porcentaje importante de contenido nacional.


Finalmente…


• Dos de los principales partidos políticos en México han anunciado coincidencias en que la participación de la iniciativa privada debe ser permitida en mayor medida.
• La posibilidad de otorgarle mayor autonomía financiera a Petróleos Mexicanos, quitándolo del Presupuesto de Egresos de la Federación –que establece un tope de inversión– es una idea que empieza a tomar fuerza entre los distintos partidos políticos.