Reforma energética regresaría 100 años reloj histórico de México: experto de la Ibero
Prensa Ibero
La actual propuesta de reforma
energética pone en vulnerabilidad a México y pretende regresar cien años
su reloj histórico, al constituirse como una traición al mandato
aprobado en la Constitución de 1917.
Así lo apuntó el doctor Alberto Montoya
Martín del Campo, destacado investigador de la Universidad
Iberoamericana, en el marco del 43 aniversario luctuoso de Lázaro
Cárdenas, responsable de la expropiación petrolera.
De llevarse a cabo, la reforma
significaría una traición a todas las legislaciones que progresivamente
reafirmaron el dominio directo, la explotación exclusiva y el uso de
recursos del subsuelo para el desarrollo de la nación, así como “cedería
de un plumazo, a cambio de nada”, los derechos establecidos al firmar
el Tratado de Libre Comercio, en el que se señaló que todas estas
actividades quedaban reservadas para el gobierno mexicano.
Para el especialista de la Dirección de
Investigación de la Ibero, la iniciativa de reforma energética, “de
forma dolosa” cita más de cuarenta veces el legado de Cárdenas, pero
omite el artículo 9 de la Ley Reglamentaria del Artículo 27
constitucional, que señala que las empresas y los particulares,
manteniéndose el dominio directo del Estado para la explotación de los
hidrocarburos, no podrán realizar actividades de explotación y
extracción de crudo para su propio beneficio.
Cárdenas fue muy claro en subrayar que
en estas actividades solamente podrían participar compañías formadas por
mexicanos y en ningún caso empresas que emitieran acciones al portador,
“con lo que claramente estableció que los bancos y los accionistas de
empresas no pudieran prestar estos servicios a nombre y por cuenta del
Estado, cuestión omitida en toda esta pseudo argumentación”, dijo
Montoya.
Doctor por la Escuela de Educación de la
Universidad de Stanford, con especialidad en políticas de Estado sobre
la revolución tecnológica, Montoya precisó que el texto original del
artículo 27 constitucional aprobado en 1917 estableció la propiedad
originaria y el dominio directo del Estado sobre el territorio nacional y
en particular, sobre los bienes del subsuelo.
Y es que durante el prolongado gobierno
de Porfirio Díaz se otorgaron concesiones a empresas extranjeras “que
prácticamente no aportaron recursos importantes para el erario público,
no desarrollaron una industria nacional y fueron empresas de enclave que
explotaron los recursos en beneficio de la propias empresas y de la
economía estadounidense”, expresó.
“La constitución de 1917 dio término a
esa condición, pero la presión estadounidense para que dichas reformas
constitucionales no tuvieran vigencia fue muy importante. Recordemos el
asesinato de Venustiano Carranza, quien promulgó dicha constitución y
fue asesinado justamente por actores militares y de seguridad vinculados
con las empresas petroleras ubicadas en la Huasteca, con el apoyo y
acuerdo de Álvaro Obregón, como se ha constatado en las investigaciones
históricas”, dijo el experto.
El posterior asesinato de Obregón en
1928 motivaría la creación del Partido Nacional Revolucionario bajo el
liderazgo de Plutarco Elías Calles, quien inició la construcción de un
régimen político que pretendería realizar los mandatos establecidos en
la constitución de 1917.
“Sin embargo, éste no propició que
fuesen llevados a la práctica y fue hasta que Lázaro Cárdenas llegó a la
presidencia de la República, que con una clara decisión, lo llevó a
cabo en diversos ámbitos, como el laboral y el del reparto agrario”,
indicó el académico de la Ibero, para quien Cárdenas no sólo logró un
mayor desempeño macroeconómico que cualquier otro gobierno mexicano en
las últimas tres décadas, sino que “recuperó la dignidad de la nación
frente a lo que hoy observamos rampante, vulgar, salvaje y sin límite
como la expansión de las corporaciones globales sobre los estados
nación, que se ven sometidos y reducidos a condición de instrumentos
para la acumulación de estas corporaciones”.